martes, 16 de enero de 2018

Aventuras en el Reino Medio III



Volvemos después de mucho, mucho tiempo para seguir con el relato de nuestra partida de Pathfinder. En el último capítulo, dejamos a nuestros protagonistas tras haber eliminado la amenaza pirata. Aquí es cuando las cosas comienzan a ponerse interesantes.



Una vez vuelven de su última aventura, los personajes deciden investigar el diario del capitán. En concreto, Rama es el que consigue descifrar más cosas del tomo, aunque todos colaboran en la medida de lo posible. En general, la primera parte del diario consiste en fórmulas mágicas, pero en un punto dado cuatro años antes encontró a alguien a quien el tipo este se refería como su “maestro”. Por lo que puede ver, el ego del tamaño de un barco y la megalomanía galopante crecieron de forma exponencial con la llegada de este individuo. Aparte de esto, encuentran pruebas de que existe un nexo entre los piratas y el líder de la revuelta vanara.

Además de los intentos de descifrar el diario, Toshi decide acercarse al puerto a investigar, a fin de encontrar alguna pista que ate a Ibrama con los piratas. Lo que descubre es que hay una familia muy concreta que es la que más ha salido ganando con el tema. Por desgracia, parece un callejón sin salida, pero Toshi comparte la información con los demás, porque nunca se sabe.

Tras un par de días intentando sacar algo en claro, Rama recibe una invitación para él y su séquito en uno de los jardines del palacio del gobernador. Podéis imaginaros la cara de todos cuando acuden y se encuentra con que quien les ha convocado es el líder de la guardia del gobernador, un tengu que responde al nombre de Kuroba. El jefe sabe que los personajes tienen el diario del capitán pirata y él lo quiere para conseguir pruebas de quién está detrás de todo el percal. Por supuesto, el grupo acepta a cambio de que ellos también puedan acceder al mismo cuando lo necesiten. Pero esto no es lo único de lo que Kuroba quiere hablar con ellos.

La “pequeña revuelta” de la que habían oído hablar no es tan pequeña como se daba a entender. Está liderada por un vanara druida, Yin Tianshui[1], que está ganando un montón de adeptos entre la población descontenta. Se habrían encargado del tema antes, pero han tenido un montón de problemas con los piratas, y con una alianza de hombres lagarto que sale mencionada en el diario del capitán. Lo que Kuroba quiere es que los personajes investiguen el tema de Yin Tianshui, ya que tendrán menos problemas y llamarán menos la atención. Cuando aceptan (porque a fin de cuentas aquello parecía el siguiente paso a dar, y no se desprecia a un aliado así como así) les comenta que tiene un contacto en una aldea cercana que les podrá contar más.

Mientras están preparándose para el viajecito, aparece Hiiro, el inquisidor humano de la primera partida. Tras explicarle la situación y pedirle algo de ayuda, se une al grupo para impartir justicia, incluso si su especialidad es cazar monstruos[2].

Nuestros aguerridos aventureros marchan hacia la aldea que les han indicado, y por el momento no encuentran problema. Consiguen hablar con el hombre de Kuroba, que les cuenta que la secta de Yin Tianshui está reclutando a todos los jóvenes que pueden para que se unan a ellos. Esto lo hacen sus alumnos por norma general, porque él no se deja ver, y nadie salvo la secta sabe dónde va a aparecer. Por suerte, sus aprendices no son tan esquivos, y se sabe que uno va a dirigirse a la gente de un pueblo próximo. Por supuesto, ese es el siguiente destino.

Al llegar se encuentran con que el alumno del mono nacionalista está dando una arenga a los aldeanos. Viendo que los ánimos se están caldeando, deciden que es mejor no intervenir y se alejan de momento. Mientras siguen investigando, se topan con unos aldeanos que  están maltratando a un monje vanara. Cuando acuden en su ayuda, los aldeanos se dispersan. El monje, más allá de unas magulladuras, parece estar bien. Les explica que reside en un monasterio cercano. Normalmente no se llevaban mal con los aldeanos, pero de un tiempo a esa parte las relaciones se han ido agriando. Les pide a los personajes que le acompañen al monasterio para ayudar, cosa que aceptan sin mayor problema.

Cuando llegan, son recibidos por el abad, un vanara, que les acaba de explicar la situación: hace un tiempo, Yin Tianshui envió a sus hombres para solicitarles que se unieran a su causa de derrotar al gobierno tengu. Los monjes no querían tener nada que ver con la política, así que se negaron a ello. Pero entonces los individuos estos decidieron poner a los pueblerinos en su contra. El abad, de nombre Senji, les dice que la única razón por la que esto ha surtido efecto es por la pérdida de confianza que han sufrido los religiosos, debido a un supuesto error que se produjo durante un festival religioso hace cosa de tres años. Después de que esto tuviera lugar, se produjo una sequía terrible que arruinó las cosechas. Cuando Yin Tianshui apareció, trajo la tan necesaria lluvia, un poder que no debería haber tenido, incluso siendo un druida, y volvió a los aldeanos contra todos los religiosos por haber traído la desdicha. Usa además este poder para tener a las aldeas controladas y que no se revuelvan contra él.

Para Senji es además un tema personal porque Yin Tianshui es su hermano. Cuando se unió a los druidas era una buena persona, si bien un tanto extremo en algunas de sus miras, pero tras una temporada desaparecido, cambió por completo.

Cuando le preguntan sobre dónde encontrar al mono nacionalista, Senji les comenta que nadie salvo sus alumnos sabe dónde va a estar. La mayor parte del tiempo la pasa escondido, y no hay ningún patrón definido en sus apariciones. Así que si quieren encontrarle, primero tendrá que sacar información de sus alumnos. Piensan que pueden encontrar uno cerca, así que deciden descansar para ir al día siguiente con fuerzas renovadas.

Mientras descansan, Xiao decide investigar en la biblioteca del monasterio. Durante dicha investigación descubre que la región está protegida por un dios dragón con varios hijos, los cuales se ocupan de cuidar el río. La ceremonia que se celebra cada año y que falló hace tres consiste en un peregrinaje y una ceremonia en los templetes dedicados a cada uno de los susodichos hijos. No les queda más remedio que sospechar que hay juego sucio, pero como no hay más pistas lo dejan para más adelante.

Al día siguiente parten en busca del alumno de Yin Tianshui. No tardan demasiado en encontrarlo, junto con su “sequito”; están acampados en una zona cercana a un pantanal. El grupo decide intentar acercarse de manera sigilosa, a pesar del más que posible fracaso de la maniobra. Curiosamente, el que causa que les descubran es Rama, que tropieza con el dobladillo de su túnica[3]. Comienzan un combate en el que, salvo otro traspiés de Rama con el susodicho dobladillo[4], todo sale bastante bien. El alumno de Yin Tianshui intenta escapar, pero Xiao le cae encima y le deja K.O.. Con unos cuantos prisioneros en su poder, deciden volver a la capital para interrogarlos.

De vuelta en la ciudad, una vez Kuroba pone a buen recaudo a los prisioneros, Rama interroga al druida. Tras un cierto tira y afloja, averigua que Yin Tianshui está ocultando un ejército de vanaran en un valle escondido, cerca del río. El ejército está preparado para asaltar la capital de la provincia, y el mono nacionalista, que suele pasarse a menudo por allí, va a regresar en unos pocos días para dar la orden de marchar. Kuroba les comenta que es imposible reunir y movilizar a las tropas a tiempo para detener al ejército en el valle. Lo único que se puede hacer es que el grupo se infiltre en el campamento y se quiten de en medio al líder. Sin él dando coba, los pueblerinos se volverán a sus casa y todos tan felices… salvo que la misión es alo así como que suicida. Pero como nadie quiere una batalla campal, aceptan ir a eliminar al tipo. Para ayudarles, porque es feo es de mandarles a la misión suicida sin colaborar un poquito, Kuroba manda con ellos a dos de sus hombres, un par de tengu de nombre Yi Yi y Gu Yi.

Para evitar que los seguidores del mono nacionalista se den cuenta de lo que pretenden, y para ver si logran de paso que van solventar el problema de la sequía, deciden disfrazar el viaje hasta el valle como si fuera una peregrinación por los templetes. En cada uno de los santuarios que encuentran, Ayumi realizar el ritual requerido. Durante la mayor parte del viaje todo parece ir bien, y no hay muestras de que Ayumi haya realizado mal el ritual… Pero al llegar al último santuario antes del valle, la oráculos se da cuenta de que la sensación es distinta, como si en el santuario no hubiera nada. Cuando investigan un poco más, observan que hay una grieta enorme que recorre el templete de parte a parte, y a todos les queda una terrible sospecha de cómo Yin Tianshu ha conseguido los poderes que está usando. Reemprenden su viaje, ahora con el objetivo añadido de averiguar qué ha pasado con el hijo del dios dragón.

Por fin llegan a la zona que da acceso al valle. Antes de acercarse, ven un puesto de guardia en lo alto de unos árboles. Tienen claro que tienen que acabar con los guardias antes de que den la voz de alarma, pero antes tienen que acercarse en sigilo. Para sorpresa de propios y extraños, hasta el gato en armadura pesada consigue llegar sin que los guardias se den cuenta de que están ahí[5]. Luego, entre Yi Yi y Gu Yi atacando desde el aire, Hiiro, Ayumi y Rama flecheando a todo lo que se movía, y Toshi y Xiao trepando árbol arriba para rematar a lo que quedara vivo, logran su objetivo de no ser descubiertos… de momento.

Cuando por fin alcanzan el campamento, comprenden que la amenaza es mucho mayor de lo que aparenta: no solo tienen muchos más hombres de los esperados, sino que además tienen teppo[6]. Va a ser muy complicado pasar sin que los descubran, y no tiene pinta de que puedan ganar una batalla de ese estilo. Yi Yi y Gu Yi se ofrecen para montar una distracción, y se separan del grupo. Poco después se produce un revuelo enorme que les permite rodear el campamento sin ser detectados, hasta que alcanzan la pared al final del valle.

Allí hay tres entradas a unas cuevas guardadas por varios soldados. Por desgracia, no pueden acercarse a ellos sin descubrirse, y la distancia es demasiado grande como para cargar. Al final optan por atacar a distancia, mientras Toshi y Xiao intentan enzarzarse en combate cuerpo a cuerpo. La táctica funciona y logran deshacerse de los guardias con relativa facilidad. Investigan las entradas y descubren que dos dan a almacenes de comida y armas. Durante un rato discuten qué es lo que deberían hacer con los almacenes, pensando que deben destruir las armas y llevarse la comida. Pero como no tienen tiempo, deciden dejarlos estar, y se dirigen a la tercera cueva, que se adentra en la montaña.

Por supuesto, por dentro es el típico laberinto de cavernas, pero hay un camino marcado, así que no tienen que esforzarse demasiado en encontrar la dirección correcta. De pronto alcanzan una caverna que está dividida por una enorme grieta en el suelo. Al fondo de la grieta hay un río subterráneo que sospechan está lleno de bichos que estarían encantados de comérselos. Un estrecho puente colgante cruza la grieta, y al final del mismo al otro lado alguien ha construido una especie de fortín. Desde la muralla hecha de troncos, un vanara que dice ser Li el Amable les suelta una perorata sobre lo poderoso que es su señor, del que él es consejero, seguido del discurso típico que puede esperarse de este tipo de personajes[7]. Lo malo del caso es que está flanqueado por nosecuantos arqueros que parecen dispuestos a coserles a flechas. Toshi consigue convencerles de que tengan un combate por campeones para conseguir el derecho a pasar, y envían a un vanara enorme que va desarmado.

La pelea tiene lugar sobre el puente. Toshi comienza el ataque que no solo conecta, sino que deja a su adversario tiritando. El vanara intenta atrapar a Toshi en una presa con toda la intención de tirarle al río al fondo de la grieta, pero el hombre gato logra zafarse y de una nueva torta le deja K.O.. Cuando se vuelve hacia la gente del fortín y les pregunta que dónde está su “amigo”, se dan cuenta de que el tipo intentaba escabullirse, y le trincan y atan ellos mismos. Les explican a los protagonistas que no son más que labradores, y que la única razón por la que estaban allí era porque debido a la sequía no tenían nada que comer y les habían prometido víveres. El grupo les informa de dónde está el almacén de víveres que han encontrado y les dejan marchar. A Li el Amable le amordazan y se aseguran de que no puede escapar, antes de seguir adelante.

El camino va en una pendiente ascendente, y de pronto desemboca en una nueva caverna llena de estalagmitas y estalactitas. Usando algunas columnas naturales, alguien ha construido unas celdas, y la mayoría de ellas están ocupadas. Cuando comprueban quienes están encerrados, casi todos son vanaran que han sido apresados por no colaborar con Yin Tianshui. Mientras los van liberando, Toshi encuentra que una de las celdas está ocupada por un goblin. Entre Hiiro y él le interrogan, y averiguan que era el jefe de una tribu que vivía en estas cuevas. Un buen día, Yin Tianshui llegó, masacró a su tribu y a él lo encerró allí. Tras una discusión con Hiiro, Toshi libera al goblin, considerando que él solo no puede hacer anda y que no tiene nada que ver con el tema. El goblin no es que sea muy agradecido, pero se marcha sin dar más problemas.

Una vez liberados los prisioneros, continúan subiendo, hasta que encuentran una salida. Esta da a un punto entre dos cimas de las montañas. La zona está despejada salvo por una jaula dentro de la cual hay lo que parece un hombre joven que está macilento y con un pie en la tumba. Sin embargo, antes de que puedan acercarse a ayudarle, unas nubes cubren el cielo y desde el aire hace su entrada triunfal Yin Tianshui, el mono nacionalista.

Por supuesto, no viene solo, sino acompañado de todo un séquito que incluye a dos de sus aprendices, un mercenario armado con un teppo, otro con un arco compuesto, y varios vanaran más armados con arcos normales. El propio Yin Tianshui va cubierto con una armadura que parece hecha con escamas de dragón. Y no contento con su entrada, decide dar el típico discursito de megalomaníaco barato que hace que el grupo decida que el tipo tiene el ego del tamaño del valle[8]. Pero, según acaba su diatriba, activa la armadura, absorbiendo la energía del prisionero. Entendiendo lo que eso significa, los personajes se lanzan a por su cuello.

Sin embargo, el primero en actuar es el mono nacionalista, que invoca un muro de viento que les protege a él, al tirador y al arquero de los ataques de proyectiles. Acto seguido, sus alumnos lanzan un hechizo de enredar que cubre el suelo entre su grupo y el de nuestros aguerridos héroes. Hiiro, Ayumi y Rama intenta atacar desde la distancia a los alumnos del mono nacionalista, con más bien pocos resultados. Toshi y Xiao deciden cargar para enfrentarse a los dos druidas adelantados. Xiao consigue su objetivo y cae sobre su víctima, pero Toshi queda atrapado por las enredaderas que cubren el suelo. Eso hace que sea víctima fácil para el tirador, que le mete un buen trallazo. El arquero, mientras tanto, intenta limpiar la fila del fondo. Y, mientras tanto, el resto de arqueros se dedican a putear a todo el que pueden. La cosa pinta, al parecer, no demasiado bien para los personajes…

Y de pronto, aparecen Gu Yi y Yi Yi, acompañados por el abad Senji y varios de los monjes del monasterio, que habían sido informados de su viaje. Los monjes y los tengo hacen frente a los arqueros mientras que Senji intenta frenar a su hermano el tiempo suficiente. Xiao sigue masticando a su druida, que intenta dañarla sin demasiado éxito, y el resto del grupo sigue atacando a distancia. Toshi, atrapado todavía por las enredaderas, recibe un ataque del segundo druida que le capa aún más la vida, y aunque logra liberarse y enzarzarse con el tipo, un nuevo tiro le fuerza a usar su habilidad de “resolución”[9]. Ayumi logra acercarse a él y curarle antes de que le pasen más cosas horrendas. Por su parte, Xiao ha dado buena cuenta de su druida y salta de inmediato a ponerse contra el tirador, que la tiene un poco hasta las narices. El tipo no la dura demasiado, así que se vuelve a por su siguiente víctima. Durante su enfrentamiento con el druida plasta que le ha tocado, Toshi se ve obligado a usar su segunda resolución, pero consigue por fin deshacerse del dichoso vanara. El abad está cada vez más molido, así que todos deciden hacerle piñata a Yin Tianshui hasta que Xiao logra que caiga.

Una vez acabada la batalla, y mientras se atiende a los heridos, el grupo registra a los caídos. Los dos mercenarios están vivos y son hechos prisioneros. En el cuerpo de Yin Tianshui encuentran, entre otras cosas, un anillo de esclavitud. Los anillos de esclavitud van en pares, así que se pueden figurar quién lleva el segundo. También encuentran la llave de la jaula donde está el prisionero, al que liberan de inmediato. Recuperan el anillo que llevaba, con la entera intención de destruir ambos aros a la primera oportunidad que tengan. Luego, le entregan la armadura que llevaba el mono nacionalista, y en cuanto se la pone, se transforma en un dragón y se pira volando, dejándoles claro que su sospecha de que el mono nacionalista le estaba robando los poderes al hijo del dios dragón era cierta. Por lo menos, tiene pinta que los problemas con la climatología se acabarán en breve.

Entre todas las demás pertenencias, los personajes encuentran un objeto muy alarmante: un casco de cambio de alineamiento que ha perdido su poder, lo cual quiere decir que ya ha sido usado. Se dan cuenta entonces de que el cambio en la personalidad de Yin Tianshui fue forzado por el maestro que mencionaba el capitán pirata en su diario. Ni que decir tiene que el grupo en general tiene muchas ganas de tener unas palabritas con el susodicho maestro[10].

A pesar de todo, no consiguen encontrar el nexo común entre estos incidentes y lo que sea que está planeando Ibrama. Pero regresan a la ciudad con la satisfacción de haber evitado una guerra, por pequeña que fuera, y que muchos inocentes sufrieran.


Aquí termina la parte mas intensa de las aventuras del grupo en Zhao Ze, aunque todavía les quedaban unas cuantas cuentas por saldar. En el próximo capítulo veremos la resolución de todo el feo asunto con Ibrama.

Ya sabéis, se agradecen comentarios, preguntas y dádivas en forma de chocolate y caramelos masticables.


[1] A.k.a. el “mono nacionalista”
[2] Esta aventura sería la última del grupo con Hiiro.
[3] Toshi no tiene un solo rango en sigilo, y van con armadura pesada, por lo que debería ser el más ruidoso, pero su jugadora sigue sacando unas tiradas del demonio. Rama en cambio sacó una pifia, con lo que a pesar de sus bonos de mil a sigilo que tiene, fue el que alertó al grupo.
[4] Rama sacó un par de pifias en este combate que fueron descritas como repetidas veces de pisarse el dobladillo. Aun a día de hoy Toshi se complace mucho en recordárselo.
[5] 19 en 1d20. No, si cuando hablo de tiradas aberrantes… XD
[6] O rifles de mecha, como prefiráis llamarlos. Dada la ambientación, prefiero usar la palabra japonesa.
[7] Li era un demagogo, una variante de bardo en Pathfinder. Por supuesto, el grupo en general le cogió bastante asco.
[8] El tamaño del ego de los villanos, comprobaréis, es un chiste recurrente de los jugadores.
[9] “Resolve” es una habilidad de clase que hace que, si la vida de Toshi baja a negativos, pueda quedarse a 0 puntos de vida y consciente. Más adelante, adquiere más usos, pero este es el básico.
[10] Por desgracia, como os podéis figurar, les ha llevado bastante más tiempo llegar a ese punto.

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