domingo, 24 de julio de 2016

Aventuras en el Reino Medio II



Aquí tenéis la continuación de la narración de nuestra campaña de Pathfinder en el Reino Medio que dirige mi amigo Corto. Este es el comienzo de la aventura más enrevesada de todas las que hemos jugado hasta este momento en la campaña, y todavía están por verse todos los efectos que ha causado.

Tras el desbarajuste de la partida anterior, Rama, habiendo cumplido con su misión de forma satisfactoria, es requerido por su señor. Este le comenta que ha averiguado de la existencia de una persona peligrosa residiendo en la corte de un gobernador con el que tiene contactos. Quiere que Rama se “infiltre” en la corte y se deshaga de esta indeseable, pero por medio de las propias autoridades, a fin de acabar con ella y sus apoyos de una forma definitiva. Esta mujer es una genasi de fuego de nombre Ibrama, que es al parecer una excelente bailarina y música. El primer paso que debe dar es el de ponerse en contacto con alguien que desea la caída de esta mujer, y que es alguien a quien ya conoce. Su contacto no es otro que Toshi, el samurai hombre gato que conoció durante la escaramuza con el cachorro de bargest. Rama parte de inmediato para localizar a Toshi.

Nuestro hombre gato se encuentra en una posada, intentando pasar lo más desapercibido posible. Por suerte para él, la historia sobre el bargest ha crecido mucho, tanto como para que nadie le reconozca, y está siendo ignorado hasta que aparece Rama para ofrecerle que se una a él. Cuando menciona a Ibrama, Toshi no duda un segundo en apuntarse. La razón es que la genasi es una de las personas implicadas en un complot que acabó con la vida del señor de Toshi, y este tiene pensado vengarse acabando con todos  los participantes uno a uno, así que no va a desperdiciar la oportunidad de tachar uno de los nombres de la lista. Apenas han acabado de llegar a un acuerdo, hace acto de aparición Ayumi que, tras mencionar algo sobre la “voluntad de los vientos” se acopla a ellos cual lapa.

El viaje lleva a nuestros protagonistas a la capital de Zhao Ze, la provincia pantanosa de la anterior partida. En la ciudad entran en contacto con un amigo del señor de Rama, que les cuenta la situación de la corte y les pone cómodos. Al día siguiente a su llegada, Rama comienza a participar en la corte, sorprendiendo a todos con su talento para codearse con los nobles y cortesanos locales sin cometer un solo desliz. Mientras tanto, Toshi entrena con la guardia y Ayumi se dirige al templo más cercano, intentando recabar información a su manera. Durante los días siguientes, Rama se las va arreglando para afianzarse en la corte, y recibe la ayuda del amigo de su señor en forma de invitación a una fiesta, donde su participación le puede ayudar a conocer gente y conseguir aliados. Por supuesto, acude acompañado de Toshi y Ayumi. Por alguna extraña y milagrosa razón, ninguno de los dos comete ninguna metedura de pata, por lo que la fiesta es un éxito para ellos.

Durante su investigación comienzan a escuchar los rumores de que la provincia está en problemas. Al parecer, hay un grupo de rebeldes vanara (hombres mono) que están exigiendo la separación de la provincia del Reino Medio, y que los gobernantes sean vanara en lugar de gente relacionada con  los tengu. Aunque todo el mundo parece quitarle importancia al asunto, está claro que tiene visos de convertirse en un problema muy, muy gordo, pero que en principio no tiene nada que ver con el tema por el que el grupo ha venido. En principio.

La investigación empieza a sufrir pequeños reveses. Los guardias le indican a Toshi que no puede seguir entrenando con ellos, y Ayumi es “invitada” a abandonar el templo, lo que parece indicar que le han pisado un callo a alguien. Rama, por su parte, sigue cosechando éxitos, aunque la novedad de su presencia está comenzando a agotarse. Justo en ese momento, Xiao llega a la ciudad para entregar un mensaje de parte de la persona con la que la habían dejado al final de la anterior aventura. Al encontrarse con los demás, decide quedarse con ellos un tiempo, porque seguro que va a ser mucho más divertido.

Rama es invitado a una segunda fiesta, y en esta ocasión, va a participar en ella un familiar del señor de esas tierra, que es quien tiene contratada a Ibrama. Su intención es lucirla durante la fiesta. El grupo acude, con Toshi haciendo verdaderos esfuerzos para intentar todo lo desapercibido que le es posible para que la tipa no le reconozca. Por suerte, la genasi ni siquiera le ve, y la fiesta pasa sin nada que mencionar salvo por el hecho de que parece complicado derribar a Ibrama de su puesto.

A la vuelta, sin embargo, las cosas se tuercen un poquito cuando un grupo de bandidos capitaneados por un ogro se interponen en su camino. La idea de Toshi es quedarse cual campeón parando a los tipos mientras el resto acude a la guardia, pero al final, la única que se va, pero para pillar a los tipos en una pinza, es Xiao. A mitad de camino se encuentra a un par de “francotiradores” goblin a los que tiene que dar un repasito. De vuelta a la zona principal, Rama y Ayumi siguen arreglándoselas para salir bien parados mientras Toshi mantiene su duelo particular con el ogro. Nuevamente, su capacidad de generar mala suerte a los demás salva al samurai de comerse con patatas un golpe asesino, aunque más allá de eso el combate parece igualado. Por fin, la guardia de la ciudad hace acto de aparición, y los asaltantes deciden poner pies en polvorosa. Toshi lanza un ataque al ogro pero, aunque le da, no logra derribarle[1].

Decididos a averiguar quién quiere tocarles las narices, el grupo investiga sobre sus asaltantes y descubren que forman parte de una banda de piratas que lleva haciendo estragos entre los mercaderes de la zona desde hace unos cuantos meses. Esto, unido a la pequeña revuelta vanara[2], está causando el caos en la provincia. Como el tema de los piratas huele muy mal, deciden que es hora de tomar un acercamiento más activo a la situación. Tras un buen rato consiguen encontrar a un par de hombres rana dispuestos a llevarles a la isla donde tienen su base los piratas.

Si el grupo quería contar con el factor sorpresa, este se va al garete porque son localizados por unos vigías vanara que deciden escapar como buenos monos, saltando de árbol en árbol. Los intentos de flechearles no logran detenerles, así que queda claro que su enemigo les va a ver venir a la milla. Por si acaso les había quedado alguna duda al respecto, según avanzan por el camino que lleva a la guarida escuchan un mensaje en plan rimbombante dándoles la “bienvenida” por parte del capitán Barbadraco, tipo que se autoproclama “heredero de dragones” y cosas similares, en una muestra de ego desmedido y escaso sentido común[3].

Como ya les había quedado claro que les están esperando, el grupo decide llevar a cabo un plan que les de al menos un poco de ventaja. A Toshi lo del sigilo no le va mucho[4], así que decide actuar como disparador de la trampa, y que los demás ataquen por los flancos. Al lleggar, ven que la aldea es un conjunto de barcazas y casas flotantes, con un barco grande medio hundido al final. Deciden que Xiao, con su eidolón convocado, rodee la más que segura emboscada nadando bajo el agua y ataque por detrás[5]. Los demás atacarán por donde vean conveniente.

Toshi, en su papel de sacrificio, se acerca a la aldea y como era de esperarse, de detrás de las casas salen una colección de goblins, junto con el ogro de la vez anterior y un humano con pinta de ser el segundo de a bordo. De acuerdo con lo que podía esperarse de la situación, el humano suelta esta legendaria frase:

-¡Jajá, has caído en nuestra trampa!

La respuesta del samurai gato consiste en llevar la mano a la boca para hacer bocina y gritar:

-¡Xiaaaaao!

Que, como podréis imaginar, era la señal para que la gato-nutria demoniaca que es Xiao con su eidolón convocado se abalance sobre los ingenuos piratas[6].

Xiao pifia en la tirada de ataque, lo que quiere decir que se pasa un poco del salto y vuelve a caer al agua… solo que como el eidolón no es lo que se dice pequeño, arrastra al ogro con ella.

Mientras Xiao hace su espectacular entrada llevándose consigo al ogro, Toshi carga sin dudar un solo instante hacia el segundo, que todavía está flipando un poquito. Para acabar de rematar la labor, Rama y Ayumi saltan en ese momento y se enzarzan con los goblins más cercanos. Cunde el pánico entre los piratas, y solo un grupo de arqueros vanara tocapelotas parece arreglárselas para poner el jaque al grupo, o más concretamente a Rama y a Ayumi. Los otros dos miembros del equipo no tienen tantos problemas, y mientras Toshi despacha a su adversario, Xiao consigue acabar con el ogro y sacar su cuerpo del agua. Con los jefes caídos tiene lugar una desbandada general. El grupo sigue adelante dejando al segundo a su suerte que, como os podréis figurar, no fue buena precisamente.

Tras encargarse de la emboscada en el exterior, el grupo alcanza el barco y llega a la zona de la bodega. Allí se encuentran a un kobold sentado entre montones de cosas robadas, y diciendo que él es el capitán. Toshi decide que mejor es dejarse de tonterías y carga contra el kobold, que diña vilmente de la primera hoxtia[7]. Los piratas  que estan en la sala obviamente se ríen, porque el kobold no era el capitán sino la mascota. El capitán hace acto de aparición: se trata de un gillman, una especie anfibia, y tiene marcas de ser un hechicero con ascendencia de dragón azul. Junto a él hay un druida vanara, que parece más relacionado con la revuelta del mono nacionalista que con el pirata. Como es obvio, las tortas empiezan casi de inmediato.

Toshi seguía dispuesto a hacer su habitual maniobra de carga, pero el druida vanara fue más rápido y lanzó el conjuro de enredar alrededor suyo y del capitán Barbadraco. Toshi decide entonces intentar meterle un flechazo al druida, pero apenas acaba de cambiar de arma cuando se le tira encima un pirata, por lo que se ve obligado a cambiar de arma otra vez para defenderse. Rama tampoco tiene mejor suerte, viéndose asaltado por piratas. Xiao está en una situación similar, pero logra adentrarse en la zona del enredar sin quedar atrapada. Barbadrano opta entonces por lanzar un hechizo de esfera de tormenta[8] que manda en dirección a Ayumi y la deja medio muerta de un rayo.

Toshi consigue quitarse de en medio al dichoso pirata, pero para entonces el druida ha lanzado un hechizo que le protege a él y a Barbadraco de las flechas, y para colmo se le vienen encima más piratas. La situación no parece que mejore para Rama tampoco, y la nube de las napias deja inconsciente  y de camino a la tumba a Ayumi. Todo parece que va a acabar como el rosario de la aurora cuando Xiao cae sobre Barbadraco y los destruye.

Vencido el capitán de los piratas, el druida vanara huye a toda velocidad, consiguiendo escapar a pesar de que se lanzan a perseguirle casi de inmediato. Con el resto de piratas caídos o en desbandada, consiguen que Ayumi sobreviva a la experiencia y registran las pertenencias del capitán Barbadraco. Entre  todo lo robado encuentran el diario del capitán. Una rápida lectura del mismo indica que van a encontrar muchas cosas raras y un ego del tamaño del barco. Con esta pista, y el sombrero del capitán que Xiao ha afanado como trofeo[9], nuestros aguerridos aventureros vuelven a la ciudad con la esperanza de dilucidar qué demonios es lo que está ocurriendo.

Y aquí dejamos la primera parte de los problemas de Zhao Ze, que como ya hemos dicho, traerían bastante cola. En nuestro próximo capítulo continuaremos con el dichoso desastre, esta vez con el tema de los “monos separatistas comandados por el malvado mono nacionalista” XD

Ya sabéis, podéis dejar comentarios preguntando por esta partida o por si queréis resumen de otras (intentaré que mi memoria no falle demasiado)


[1] El golpe le dejó a un punto de vida, y era la segunda vez que al gato se le escapaba una presa a punto de caer. Toshi seguía mosqueado con eso.
[2] Sí, sí, pequeñísima [/sarcasm]
[3] A estas alturas de la feria, los chistes sobre que el capitán pirata era un kobold empezaron a ser muy, pero que muy habituales.
[4] Toshi no tiene rangos en sigilo y lleva armadura cumpleta que permite que use su bono de destreza por lo justo. Sería un negado si no sacara las tiradas aberrantes que saca cada vez que le tocar ir en silencio.
[5] En la subida de nivel, Xiao le había añadido mejoras a su eidolón que le permitían nadar y estar debajo del agua todo lo que quisiera. Todavía le quedaba un trecho para convertirse en el horror con patas que es hoy día.
[6] ¿Soy la única que nota un regustillo a Dragon Age en esta escena?
[7] En defensa de la jugadora de Toshi, diremos que es muy consciente de lo terrible que puede  ser un kobold con niveles en alguna clase y el favor del master (es fan de Deekin)
[8] Este hechizo es similar al Esfera de Fuego que los druidas tienen el 3ª/3.5, una esfera que dura un cierto número de turnos y que se mueve a voluntad del conjurador, hasta que se topa con un enemigo y lo calcina. Solo que en vez de ser de fuego, en este caso es una nubecita redonda que te tira el cojorayo a la cabeza. Creedme, no es bonito.
[9] Xiao cogió la costumbre de quedarse con algo de los final boss a los que derrotaba ella. A estas alturas es ya tradición XD

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